sábado, 1 de enero de 2011

Diario ABC - Artes y Letras- LAS PLATAFORMAS DEL FONTANERO (31-12-2010)


Llega a A Coruña una exposición llena de bits en la que se repasan los 25 años de la historia de Super Mario, máximo icono y eterno renovador del mundo de los videojuegos.

El universo de setas, estrellas, tortugas voladoras, tuberías imposibles y fontaneros saltarines cumple 25 años. Y para conmemorar este aniversario Nintendo y Novacaixagalicia acercan a todos los fans gallegos una exposición en la que se hace un recorrido por la evolución de Super Mario, desde sus orígenes en los bits hasta sus nuevas aventuras tridimensionales. La muestra, que podrá visitarse en la sede de la Fundación Novacaixagalicia hasta el día 9 de enero, entre otras sorpresas habilitará al público los videojuegos que hicieron sobresalir a este personaje en el panorama del entretenimiento: desde el Super Marios Bros de la Nes (1985) hasta el New Super Mario Bros para Wii (2010).

La historia de este fontanero de peto azul y camisa y gorra rojas creado por Shigeru Miyamoto se remonta al año 1982, donde hizo su primera aparición en el videojuego Donkey Kong y en su secuela Donkey Kong Jr., ambos títulos para recreativas, y tal fue su éxito que al año siguiente aparecería el primer título íntegro para este personaje: Mario Bros. (1983), en el que se introdujeron las clásicas tuberías verdes, las tortugas (koopas) y al hermano de Mario, Luigi, en un intento por hacer multijugador a este videojuego (utilizándose el mismo sprite de Mario pero con color verde). Sin embargo el boom de Mario se produce cuando Nintendo saca a la venta en 1985 una consola para el hogar: la NES, y con ella el primer videojuego de plataformas con movimiento lateral: Super Mario Bros. Unido a esta novedosa forma de hacer videojuegos, una genial banda sonora compuesta por el artista Koji Kondo (creador de melodías fácilmente reconocibles por cualquiera aún hoy en día), el hecho de tratarse del primer juego complejo y minucioso de la historia (debido a los amplios mapas, los secretos ocultos y la calidad de sus gráficos) y que, por encima, el movimiento del personaje respondía rápidamente a los botones del mando, hicieron que las ventas de esta forma de entretenimiento se dispararan. Se vendieron 40 millones de juegos a nivel mundial y su éxito, al nivel del famoso Tetris, convirtieron a este personaje en un icono carismático.

Nacieron de esta manera los bloques amarillos con una interrogación, las setas rojas que hacen crecer al héroe, las setas verdes que dan vidas extra al jugador, las estrellas saltarinas, las plantas carnívoras, los champiñones, las tortugas voladoras... un mundo de posibilidades que fue aumentando con las inevitables secuelas que se hicieron de este popular juego: Super Mario Bros. The Lost Levels (1988), secuela japonesa que, debido a su dificultad sólo fue distribuída en el país nipón; Super Mario Bros.2 (1988) y Super Mario Bros 3 (1988), último juego para la plataforma NES y que, debido a su éxito de crítica y público, propició la aparición de unos dibujos animados para la televisión con las aventuras derivadas de este juego. La mariomanía se fue extendiendo a otras consolas como la Game Boy (Super Mario Land, Super Mario Land 2) o la Super Nintendo (con su clásico Super Mario World o el Super Mario Kart). En todas estas secuelas el mundo de Super Mario crecía de tal manera que la premisa en muchos títulos ya no era rescatar a la princesa Peach, el personaje principal no tenía por qué ser el fontanero, aparecieron nuevos personajes como el antagónico Wario o el dinosaurio-montura Yoshi (quienes protagonizarían posteriormente videojuegos propios) y se desarrollaron nuevas formas de juego.

A mediados de los años 90 el sector de los videojuegos estaba a punto de vivir otra revolución con la inminente aparición de la Nintendo 64 (1996): una consola que dejaba atrás el uso de los sprites y las plataformas en dos dimensiones para dar paso a las tres dimensiones y elementos poligonales de alta calidad visual. Así nace Super Mario 64, un videojuego que aún hoy sigue siendo influencia directa de juegos para la Wii. Su aparición supuso un éxito de crítica y ventas y para muchos sirvió como justificación para adquirir la cara Nintendo 64. Y es que la recreación del universo de Mario en tres dimensiones fue algo más que una simple traslación de dimensiones: innovó en el multiperspectivismo del juego (el jugador puede elegir entre diferentes puntos de vista opcionales), el primordial uso del stick analógico (que ha acabado sustituyendo a la clásica cruceta de botones) y el libre acceso a los niveles del juego (sin un orden lineal obligatorio) hicieron de este título uno de los mejores de la historia. Lejos quedaban ya aquellos cartuchos de 8 y 16 bits en los que un fontanero pixelizado daba brincos de izquierda a derecha con la única mecánica de llegar al final de las fases y conseguir rescatar a la princesa.

Después de poner patas arriba la ley de la gravedad y el sistema de juego con el Super Mario Galaxy para la Wii y de haber reeditado el clásico Super Mario Bros con nuevos sistemas de juego, una cosa queda clara: Nintendo sabe qué teclas tocar para que no podamos decir eso de “No, si en esto de las consolas yo ya lo he visto todo...”.
 
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