Se acabó. Ya es mañana.
Había tres hombres vestidos de arlequines. Y una mujer que se alimentaba de las metáforas. Les gustó el olor de su pantalón y se pusieron a olisquearlo. Levemente oscuras las caras, sonrieron y se acercaron. La periódica serie de hechos que tuvieron lugar en ese callejón culminaron en hipocresía. Vista de cerca, la escena abundaba en inútiles lamentaciones y en repeticiones monocromáticas. Sólo se articulaban las primeras letras del abecedario.
Y entonces cayó del cielo.
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Las metáforas y el olor de las prendas de vestir nos rodean en todo momento y forman parte de nuestro día a día, aunque a menudo vayan de incógnito...
ResponderEliminarBuenos y laborables días, cielo!!Que nos sean leves...
Pues sí, a pesar de ser Domingo, fue este un buen día laborable, sin muchas metáforas pero más traducciones simultáneas, y más leve en mi caso a tenor de las horas a las que acabaste en la redacción.
ResponderEliminarY sin embargo esta tarde-noche la polilla no pudo arrojarse a las llamas...
uouh!
ResponderEliminary hasta ahí mi sesudo comentario de hoy :P
saludos!
Escribes como si de pronto hubiera entrado un delfín por la disquetera... de alguna manera alivia saber que podemos poner a hervir las bisagras de las puertas para templar el frio que se cuela por las jambas...
ResponderEliminarQue raro me parece que sexa Batman,o home Morcego (Pim, Zas, Bang, Phow, Crash!, o elixido como víctima para probar xoguetes novos...
ResponderEliminarSupoño que con tanto ir e vir entre comparsas de barras e estrelas non tes tempo nin para subir algunha obra para o teu fervoroso púbico (non me funciona a teclar "l", perdona). Recorda, si cando cae a primeira gota notas como o filtro da cafetera se desintegra ós pouquiños, o café é válido.
Abrazos gañán!