En esta época de alfombras rojas y verdes, ostentosos premios y galas de vino y rosas, parece adecuado recordar que la cultura gallega en temas de celuloide también está en las alturas (no sé si en las del Olimpo de los Dioses o en las del monte Gaiás), idea que se redunda con los recientes premios otorgados por la Academia a Celda 211, galardones alcanzados por nuestro cine que nos sitúan en una cima cuanto menos vertiginosa. Está claro que lo más llamativo de esta cumbre poco borrascosa es haberla alcanzado sin necesidad de recurrir a episodios regionales de nuestro día a día para vender mejor la creatividad gallega; las aventuras galdosianas de alcaldes y bancas y conselleiros y posguerras y miserias y tiro porque me toca son buenas novelas de folletín para el que las quiera, pero las historias de verdad, las ficciones que atraen a una masa que busca entretenimiento y evasión en un pase de 6€ mínimo, son las que persuasivamente salen de los cráneos privilegiados de nuestros creadores, ajenos a las duchas frías de la realidad. Resulta pues gratificante este reconocimiento institucional de las ficciones y sueños nacidos en Galicia, que se suma al éxito conseguido en los últimos años por el cine de animación que también cosechó grandes premios con obras como El bosque animado (2001), P3k: Pinochio 3000 (2004) o Pérez, el ratoncito de tus sueños (2007). Sin embargo la cuenta pendiente que tiene la animación gallega es el trasvase de narraciones del noveno arte a la gran pantalla, deuda que en los próximos tiempos se saldará con adaptaciones de las más importantes obras del mundo del cómic: “Trazo de Tiza” (Miguelanxo Prado) y “Arrugas” (Paco Roca), la primera una novela gráfica gallega que dará el salto al cine convencional de carne y hueso de la mano de los realizadores David y Álex Pastor mientras que la segunda obra será adaptada por la productora gallega Perro Verde Films, siendo Ignancio Ferraras y Ángel de la Cruz los encargados de llevar la dirección de esta película animada.
Señala Ferraras que “que te pidan adaptar al cine de animación una obra como Arrugas es una de esas oportunidades únicas con las que uno casi no se atreve ni a soñar”; sentimiento que en su día debió de compartir Vincent Paronnaud cuando se le ofreció la versión animada de ese tesoro de la novela gráfica llamado “Persépolis” (de la iraní Marjane Satrapi). Hay cómics en los que daría gusto vivir o por lo menos dejarse llevar por el ensoñador hechizo de la historia bien narrada, y si en la cuna del cómic europeo eligieron una de las obras capitales del noveno arte (con la lacra de la mala difusión que semejante clásico del cómic tuvo en las salas de nuestro país), nosotros no íbamos a ser menos que los vecinos de arriba y elegimos una obra ganadora del premio nacional del cómic en 2008 y otra considerada una de las mejores creaciones del mundo de la viñeta en nuestra lengua y ganadora de grandes premios en 1994. Es cierto que esta noticia convulsionará al universo del cómic entendido como los lectores habitualmente desencantados con las adaptaciones de los tebeos al cine (Watchmen, the Spirit, Daredevil, Catwoman o Hulk son algunas de las más criticadas versiones fílmicas que no han conquistado a los más acérrimos fans), pero por otro lado también es cierto que esta noticia tendrá, como diría Faulkner, el magnetismo de la vieja tragedia con forma nueva.
Pero antes de que empiecen los rodajes de ambas películas aparecerá un nuevo punto de inflexión en lo que a cine y cómic se refiere; una delgada línea que será traspasada con la aparición del primer “iMotion Comic” para iPhone e iPod Touch, esto es, un tebeo que estará secuenciado con sonido y animación para deleite de tecnofílicos del siglo XXI. La primera obra en nuestro país que se adaptará a este formato será “Quotidianía Delirante” del propio Miguelanxo Prado, y visto lo visto, si algo hay que agradecerle a esta crisis es la hartura de ideas tecnológicas y digitales que se está sacando de la chistera. Y entiéndase esta palabra en toda su dimensión semántica, ya que puede parecer de chiste que un cómic haya saltado a un formato de pantalla reducida en la que, lejos de convertirse siquiera en paginas digitales de un ebook (con toda la fobia que esa idea me suscita) lo haya hecho en una suerte de Frankenstein de la animación. Está por ver cómo funcionará tal invento, aunque a tenor de los vídeos vertidos en la web semeja que “Quotidianía Delirante” correrá una suerte parecida a “De Profundis”, preciosista película de animación para adultos creada también por Miguelanxo Prado que fue duramente criticada debido a la falta del ritmo narrativo que el séptimo arte requiere y a esa sensación de dibujos estáticos con contados movimientos.
Retomando el discurso de las dos novelas gráficas adaptadas al cine, destaca de la elección de tales tebeos el contenido literario y el entramado ficcional: ambos filmes narrarán la brutalidad de la vida y la soledad humana a través de la sugestión narrativa. La obra de Prado juega con la claustrofobia que provoca el espacio por el que transcurre una acción en apariencia mesurada: un islote perdido en alta mar por donde devienen las vidas de unos personajes misteriosamente contenidos: Raúl, Ana y Sara. “La isla es un puzzle en el que las piezas encajan por su forma, pero no componen la imagen lógica esperada”. Raúl llega desorientado a esa isla donde habitan dos mujeres, “una que espera y otra que no espera nada”, una de la que se enamora bajo el vuelo de las gaviotas, otra que regenta la única posada del arrecife. El entramado intertextual que ata la vida de estos personajes en una compleja cinta de möebius se enmarca dentro de juegos de estilo metonímicos que brillan por su calidad y que secundan un cierto temor ante la dificultad de que la empresa de trasvasar esta historia acabe en éxito.
Por su parte, “Arrugas” es una prosa triste que narra con cierta ternura y afecto la vida de Emilio, un anciano que comienza a sufrir la enfermedad del Alzheimer y que es llevado a una residencia para que pase allí sus últimos días de sueños, miedos y confusiones ("Si a una persona con problemas de memoria y de identidad la sacas de su entorno y la metes en un almacén de enfermos, la estás acabando de matar" diría Maragall en cierta entrevista). Lo que interesa de esta historia no es cómo está tratado el Alzheimer de Emilio, sino Emilio en sí mismo, un personaje que acaba creando adicción aunque tenga fecha de caducidad y el lector lo sepa. La dureza del leit motiv y la habilidad narrativa del autor valenciano encumbraron esta obra como la mejor del 2008 en nuestro país, una historieta intimista que no cae en la caricatura y que se sitúa al nivel de otras grandes del género como “Los Combates Cotidianos” de Larcenet.
Reinos que son y a la vez no son de este mundo. Maquinaciones de una cultura que abarca desde la verosimilitud al metafórico relato. Dos géneros ficcionales para llenar el vacío que hasta ahora tenía nuestro cine con las viñetas nacionales. Una deuda que tan fácilmente, como la mente del pobre Emilio, se va revoloteando con el olvido.
Muy bueno, amigo mio. Muy bueno...
ResponderEliminarestou dacordo, o do quotidianias ao móbil é un desastre como a copa dun pino! ó final esto é máis unha animación cunha historieta pero en realidade kedase a medio camiño de todo... polo demais moi bo artigo, abrindo boca do que se nos aveciña... góstame o teu estilo de redación e mailo teu estilo de debuxo! parabéns!! fas que merque o ABC maila discrepar coa liña editorial... :D
ResponderEliminarEl enlace a la web del ABC:
ResponderEliminarhttp://www.abc.es/20100301/galicia-galicia/ascensor-septimo-noveno-arte-20100301.html
Muchas gracias Adrián y sr/sra anónimo, de verdad!! Se hace lo que se puede...
Muy acertadas reflexiones y conclusiones,Pachu.
ResponderEliminarDiscrepo en una cosa:creo que De Profundis será mas valorada con el tiempo,ya la he visto varias veces con mis hijos y me gusta tanto o más que la primera vez.Lo de Quotidianía me parece ahora un sinsentido,si tiene algún sentido será el meramente comercial, y me temo que me lo parecerá siempre.Un abrazo.
jajajajaja, desde luego otra funcionalidad no puede tener ese invento para el móvil. Lo de "De Profundis" es cierto, y ya lo hemos hablado en la tienda, tengo que dejarla reposar más tiempo (igual que "Rara Avis", tengo laimpresión de que me falta cierta sensibilidad para apreciar ambas obras), pero hoy por hoy la única sensación que persiste en mi recuerdo después de ver esa cinta es la del tedio y de que algo le faltó a esa película para que me llenase...
ResponderEliminarEfectivamente, merece una revisión.
Un abrazo, Pío!