domingo, 26 de septiembre de 2010

Diario ABC -Artes y Letras- DE LOBEZNOS Y STRATOS (25-09-2010)


“Dime, ¿cuánto tiempo te podías llegar a pasar mirando este cromo?... ¿Te acuerdas?... ¿Y éste?... ¿Y ésta orla?... ¿Y esta página?---¡Años, siglos… toda una mañana! Imposible saberlos, estabas en plena fuga… éxtasis… colgado en plena pausa… ¡Arrebatado!” Solo una secuencia necesita el personaje de Pedro P (Arrebato) para resumir todo un estado emocional común a cualquiera de nosotros: esa catarsis provocada por el recuerdo de algo ideal, lo cual nos crea un instante perfecto. Este paréntesis en la realidad lo acabo de experimentar hace poco tras la relectura de STRATOS (Miguelanxo Prado), recientemente publicado en normativizado gallego por El Patito Editorial. Muchos tal vez recuerden estas historias del creador coruñés por aparecer publicadas folletinescamente en la añorada revista ZONA84, compartiendo páginas con el Torpedo de Bernet y Abulí o la Druuna de Serpieri. Ese fue al menos mi acercamiento a estas historias de un futuro pasado cuando siendo niño y a escondidas cogía de la librería de mis padres esas revistas de cómics y me evadía buscando dibujos espectaculares o historias más fuertes que las publicadas en Don Mickey. Había grandes historias de autores extranjeros, sin embargo la obra de Prado tenía un algo que la hacía destacar por encima de las demás historias; la fuerza de sus páginas creadas a partir de plumilla con infinitos trazos que cargan las viñetas de detallismo eran/son asombrosas, cautivando aún hoy en día a todo aquel que se acerca a esta historia de ciencia-ficción. Es el dibujo, en riguroso blanco y negro, lo que destaca en esta obra formada a partir de la suma de sus siete partes. Un dibujo alejado del que haría gala después en obras como Trazo de tiza, pero que le permite transmitir con intensidad y estilo toda esa deshumanización nihilista que impregna las 58 páginas de Stratos. El discurso, que releído hoy en día puede resultar terriblemente profético, presenta a una sociedad vendida al consumismo hiperbólico, a la corrupción y a la perversión mecanizante que deriva en soledad y carencia de afectos. El carnaval de sombras y luces que nos muestra el autor retrata los claramente delimitados estratos sociales de ese mundo futurista o futurible, que funciona como espejo cóncavo del nuestro (aunque la deformidad de ese reflejo tal vez empieza a invertirse) y tiene en una variedad de personajes heterogénea el recurso discursivo necesario para pintar toda esa destructiva naturaleza humana, regida por la corrupción, la inmoralidad, el racismo, la avaricia, la falta de escrúpulos o la voluntad de poder; desde el más bajo proletario hasta el mayor dirigente de la economía mundial arrastran sus miserias y hacen metáfora de la realidad social en forma de reflexión de la decadencia capitalista.
Otra de las recientes novedades de El Patito Editorial lleva el sello de uno de los autores fetiche de quien escribe estas líneas: Das Pastoras, genial ilustrador gallego que acaba de ver cómo su obra más reciente con la editorial americana MARVEL ha sido publicado en lengua gallega. LOBEZNO, uno de los personajes más carismáticos de la “Casa de las Ideas” es el protagonista de estas dos historias reunidas en un solo tomo. Las escenas que se inyectan en los ojos del lector son espectaculares, con un dibujo sorprendente y con un aún mejor acierto con los colores y la captura de la luz. Los volúmenes, las texturas, la plasmación del movimiento y las descripciones de los espacios son maravillosas, recordando en ocasiones al genio de Corben, Bisley, Toppi o a Moebius. Ver a un autor de este calibre es una de las pocas razones por las que soy capaz de leer una obra de este personaje, y el guión de este volumen es una de esas razones que me recuerdan por qué suelo evitar pagar por estas historias: tópicos indiscriminados que se apelmazan en historias autoconclusivas de 22 páginas. La primera de las historias, “Curva Peligrosa” está escrita por Joseph L. Clark, quien narra con más pena que gloria una aventura del superhéroe situada en un pequeño pueblo de la América profunda a la que Logan accede a través de una carretera perdida y en la que investigará varios crímenes sin resolver con el mismo denominador común: una curva. La segunda historia, firmada por Víctor Gischler discurre en una casa de apuestas de ruleta rusa. Frente a esta vacuidad de ideas argumentales buena es la opulencia gráfica del dibujante gallego, capaz de sacar adelante estas páginas por sí solo, luciéndose ante la brevedad de las historias. A su calidad de narrador gráfico se une su arte a la hora de recrear escenas de acción a través de su trazo y color de acuarela, una técnica con encanto que ya se empezaba a extrañar en los cómics superheroicos (más orientados al empleo del photoshop). Sin duda es una obra altamente recomendable aunque sólo sea por el placer visual que supone cada una de las viñetas de Das Pastoras que visten argumentos ajenos.



2 comentarios:

  1. Arriba o comic galego!!!!!
    (lo siento, pero me niego a llamarlo banda deseñada, jeje)

    Bueno este artículo, meu querido Pachu.

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  2. Tú que me lees con buenos ojos, chocolatón!
    Estoy de acuerdo contigo en que el vocablo "banda deseñada" es un poco absurdo, pero bueno, allá cada uno con sus sinonimias... ;)

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