domingo, 1 de mayo de 2011

DIARIO ABC- ARTES Y LETRAS- MITOLOGÍA CLÁSICA PARA EL MODERNO ARTE SECUENCIAL (26. 03. 2011)



ENTREVISTA A DAVID RUBÍN:

MITOLOGÍA CLÁSICA PARA EL MODERNO ARTE SECUENCIAL




Iluminando con colores de neón y tinta china la gloria del mito de Heracles, vuelve David Rubín con su nueva obra “El Héroe”, una adaptación del tema clásico al noveno arte que saldrá a la venta el próximo 14 de abril.


Llueve en Coruña. Cuesta salir del laberinto de coches que se arremolinan en torno a las columnas de la plaza de Cuatro Caminos, que han servido de cuadernos para artistas gallegos. Entre ellos, Rubín. Su dibujo de Breogán sobresale y parece mirar al lugar de la cita: un estudio peculiar donde espera el autor ourensano, que comparte espacio de trabajo con otros grandes artistas: Alberto Guitián, José Domingo, Bernal Prieto y Roque Romero (compañeros de Polaqia). Vestido de riguroso negro nos invita a pasar a un reservado donde su silueta oscura lo inunda todo con su presencia. Saca un pitillo, esboza sonrisa y, mientras prepara café, empieza a trazar un diálogo sobre los mitos y los héroes, pronunciando las palabras con esa sorna gallega, con ese magnetismo de un hombre que se hace escuchar y leer.

Ya se ha podido ver un avance en internet de lo que será tu nueva obra “El Héroe”, y en las 25 páginas leídas hasta ahora se observa un cambio radical con respecto a “Cuaderno de tormentas”: desde la introspección narrativa que da paso a una historia de acción hasta la paleta de colores vivos de este Héroe, que contrasta con la oscuridad tonal del Cuaderno...

Sí, porque creo que esto es como todo en la vida: te dediques al tema creativo que sea la vida avanza, y tu forma de ver las cosas y lo que haces varía; el cuerpo te pide hacer cosas nuevas. Cuando hice “Cuaderno de Tormentas” no era el mismo que cuando hice “La tetería del oso malayo”. Y ahora que estamos todos pasando por uno de los peores momentos de la humanidad pues creo que es una de las ocasiones en las que más necesitamos a los héroes. Aunque por desgracia en la vida real no existan los superhéroes ni nadie que se les parezca, he pensado un poco a raíz de eso en “cómo molaría que hubiera una especie de Superman que venga aquí a arreglar todo este tinglado”. Quería pues, eso: hacer una historia sobre los héroes pero desde otro punto de vista, volviendo a la Grecia clásica, a los primeros héroes de la historia, y darle unas vueltas para contar algo nuevo, algo diferente con ellos. Creo que lo importante para cualquier historia es cómo cuentas la historia, no la propia historia en sí. En este libro por ejemplo el hilo conductor son las 12 pruebas de Hércules, que ya han sido mil veces contadas a través del cine, la literatura, incluso tebeos... pero precisamente lo que me preocupaba era cómo contar esta historia de un modo innovador y de paso hacerle un homenaje al género que me hizo interesarme por los cómics desde niño, que es el género de los superhéroes.

Es la obra más ambiciosa hasta la fecha que has llevado a cabo: número de páginas (500 en dos tomos), esfuerzo invertido (2 años)... ¿Ha cambiado tu forma de enfocar el trabajo a la hora de realizar una historia tan voluminosa?

Efectivamente. Iba a ser un solo volumen de 300 páginas pero se me fue de las manos (risas). Ha sido un poco a raíz de lo que te decía antes: empecé a escribirlo justo después de “Cuaderno de Tormentas” y de 2 o 3 cómics de encargo que hice por el medio, y tenía ganas de hacer un cómic de autor. Barajé varias propuestas (de hecho empecé a desarrollar otra antes que probablemente cuando termine con “El Héroe” volveré a retomar) en una época bastante gris de mi vida: trabajaba en una productora de animación (Digra films) en la cual estuve un año sin cobrar, tiempo en el que me dediqué a escribir “El Héroe”, ya que necesitaba una válvula de escape ante la mierda en la que me encontraba. Me refugié en una historia de aventuras para superar esos momentos duros. Cuando por fin me puse a dibujar la historia ya había abandonado la productora y pude dedicar este último año sólo a dibujar el cómic.

He podido leer en tu blog (detripas.blogspot.com) que has coqueteado con la técnica del lápiz quemado para ahorrar tiempo en tus últimos trabajos. ¿En “El Héroe” veremos un nuevo estilo de Rubín sin las tintas tan características?

En efecto. Hubo una época en la que barajé la posibilidad de no entintar, simplemente quemar el lápiz en Photoshop y colorear directamente sobre estos lápices, ya que los lápices en este libro están bastante trabajados y me lo permitían. Hice varias pruebas de color con esta técnica pero no terminaba de verlo: por un lado porque estoy acostumbrado a ver mi acabado con tinta y luego porque no las tenía todas conmigo. No quedaba mal el resultado pero la editorial tampoco estaba muy convencida, así que volvimos a lo habitual, aunque el entintando que he hecho en “El Héroe” es bastante diferente al de otros trabajos, ya que con cada obra que hago quiero hacer algo distinto a la anterior, pero manteniendo la unidad de mi forma de pensar y mi trayectoria. Ahora abuso menos de la mancha negra, hay menos oscuridad en las páginas, el dibujo está más desnudo... con el negro muchas veces tapaba las cosas que no sabía o no me atrevía a dibujar. Escondía errores. En este libro me he tenido que enfrentar en multitud de páginas a cosas que jamás había dibujado o que jamás me había planteado dibujar en mi vida.

También hay algo que en los otros tebeos tuyos no se había visto ahora: el tema de la acción...

Sí. Las páginas que hay ahora mismo circulando por internet son las más tranquilitas que hay en el tebeo, pero tampoco he querido hacer páginas como las de DC o Marvel, en las que las secuencias de acción son de dos páginas y ala, ya está. Y luego do de diálogo y nuevamente acción. No. Quería hacer acción de verdad y sacarle todo el partido narrativo posible a este medio, el cómic, del cual aún quedan muchas cosas por explorar. Así que me dije: “¿Qué pasaría si hago una secuencia de 30 páginas seguidas sólo de acción?” Y salieron casi sin diálogos ni nada... ¡pero justificadas! No por pirotecnia gráfica ni por el onanismo de hacer las mejores páginas de acción del mundo del cómic, sino porque la historia lo pedía: si a Heracles le costaba vencer a tal o cual enemigo le debía costar de verdad. Quería representar el sufrimiento del héroe.

¿Para enfocar este tema cómo te documentaste; qué te ha servido de referencia?

Me documenté bastante sobre el tema clásico, sobre todo lo que envolvía a la figura de Heracles y los dioses, leyendo bastantes libros, buscando en internet... me bajé kilos y kilos de información que luego deseché. Creo que necesitas tener una base bien formada de, en este caso la Grecia clásica y sus mitos, para luego poder destruir todo eso desde el conocimiento y crear algo nuevo a partir de ahí. En este cómic no te vas a encontrar las 12 pruebas al 100%, de hecho las he cambiado de orden, dentro de ellas no se resuelven las cosas como están escritas en los mitos, sino como a mí me resultaba mejor. En el fondo también he hecho este tebeo para divertirme; quería pasármelo realmente bien haciendo mi trabajo, sorprendiéndome a mí mismo página a página (y creo que esta misma sensación la podrá captar el lector).

¿En qué se diferencia tu versión de la historia a cualquier otra adaptación que se haya podido ver hasta ahora?

El enfoque que yo le he dado es el de una “novela río”. Normalmente cuando hemos visto en películas, novelas u otros cómics al personaje de Heracles, siempre es un hombre de entre veinte y treinta años, cachas y que va por ahí repartiendo. A mí sin embargo se me ocurrió contar el nacimiento, vida, obra y muerte de Heracles con sus 12 pruebas. De modo que las primeras pruebas son cuando es un niño y aún no es famoso ni considerado un héroe, luego se convierte en una especie de héroe adolescente que vuelve loco a las chavalas, al más puro estilo del protagonista de Crepúsculo (risas): hay pósters suyos, hay ipods, motos, televisiones... pero eso, poco a poco vas viendo la madurez del personaje y cómo al avanzar en edad varía su modo de entender el mundo: sus primeras luchas son un juego pero a medida que avanza se da cuenta de que la vida no es un juego. La primera parte de este libro narra eso: desde el nacimiento hasta el final de la juventud de Heracles. La segunda parte, que será más oscura, es la madurez y la decadencia del personaje.

La historia del mito de Heracles es usada en esta novela gráfica, (por cierto, es una novela gráfica?)

La etiqueta de novela gráfica significa un cómic de mayor o menor extensión en el que el autor no está condicionado absolutamente por nada. Creas la obra que te da la real gana sin imposiciones editoriales ni de expectativas de público, ni de ventas ni de nada. Es la obra que tú como artista necesitas hacer. En este sentido he tenido libertad total, lo que pasa es que como en esta obra salen hostias (risas) la gente cree que no es novela gráfica, que falta gente tomando café y pensando para sus adentros lo triste que es la vida. Pero bueno, que este tema aunque cree revuelo me despreocupa bastante.

decía que el mito de Heracles es usado como pretexto para hacer un "tratado" desmitificador del arquetipo del héroe. ¿Es una manera de humanizar a los héroes? ¿Una forma de deconstruir los mitos heroicos?

Sí. Lo que aquí se cuenta podría extrapolarse a cualquier tipo de héroe, podría contarse con Superman por ejemplo.

Así pues la obra presenta el 14 de abril con motivo del salón del cómic de Barcelona. ¿Hay alguna fecha concreta para hacer una presentación en Galicia?

Sí, se presentará el 14 pero ya estará antes en las librerías de toda España. En Galicia habrá presentaciones en todas las ciudades, pero todavía no están cuadradas las fechas. Las iré anunciando a su debido momento en mi blog. Pero serán en el mes de mayo.

Aseguras haberte tomado el cómic como algo serio para poder vivir de él, al contrario que otros autores que lo hacen por hobby. ¿Es esta actitud la principal necesidad del mercado español para alcanzar el nivel del europeo?

Durante los últimos 10 años de mi vida había tenido al cómic como un hobby que por suerte me daba bastante dinero. Pero el año que estuve sin cobrar en mi trabajo descubrí que podía vivir de lo que hacía en el mundo del cómic. Así que pensé que si me tomaba más en serio esto, si me esforzaba un poco más haciendo obras que gustaran a más gente (como este último trabajo) podría vivir del cómic.

¿Esta evolución responde a un modo de llegar a un público más mayoritario?

Sí, un poco sí. Hombre, mis cómics se han vendido bastante bien y se siguen vendiendo a día de hoy. Pero nunca se sabe. Por ejemplo, cuando salió “La tetería del oso malayo” yo les decía: esto no le va a gustar a nadie, es muy personal. Y sin embargo fue muy bien de ventas. Se agotó la 1ª edición a los dos meses y es un tebeo que se sigue vendiendo. ¿Con “El Héroe? No lo sé. Tengo altas expectativas pero igual es un fracaso... de todas maneras tengo puesta mucha fe en él y espero que funcione aquí y en el extranjero (tengo 18 ofertas del extranjero para que sea publicado fuera de nuestro país). Recuperando tu pregunta anterior te diré que exportando sólo mano de obra, exportando obras de autores españoles para que luego las editoriales españolas (o gallegas en este caso también) compren a los franceses o a los americanos y las publiquen aquí hace que ese dinero siquiera vaya a parar al autor; se queda en Francia o en EE.UU., ya que al final estás comprando el trabajo de gente de aquí hecho para gente de allá; son tebeos de otro país. La clave está en hacer tebeos aquí y venderlos al extranjero.

También debe ser importante el apoyo institucional para lograr esto que propones. ¿Crees que es suficiente el que recibe el mundo del cómic hoy en día en este país?

Sí que se le presta más atención ahora que hace unos años. Yo en mi caso no lo noto porque tampoco he pedido ayuda. Trabajo directamente con la editorial (Astiberri en este caso) con quien acuerdo un precio por el trabajo. Pero no puedo decir mucho del tema porque no he tenido subvenciones. Pero las ayudas creo que estarían bien más que para editar, para ayudar apoyando eventos (por ejemplo pagar desplazamientos a ferias; no todo el mundo puede irse 4 días a Angouleme para mover su carpeta y ver si puede colocar allí su tebeo). Quedan cosas, por supuesto, como que se creen aquí en Galicia unos premios decentes para la creación de cómic.


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