viernes, 20 de noviembre de 2009

Reseña ABC: Viaxes do Corazón (29-VIII-2009)


Hace ya unos meses que circula por nuestras librerías VIAXES DO CORAZÓN, un diario íntimo (año 2007) convertido en un magnífico relato de viajes interiores. Un seguimiento regular de los caminos de ida y vuelta de la vida (presente y pasado) atados con el dulce nudo de los lazos afectivos que unen al autor con sus orígenes (padres, entorno, niñez).

Esta exposición de la desnuda alma del autor en la vitrina de la retina literaria se saborea a través de la melancólica autobiografía, de la sobresaliente caligrafía (esta obra merecería una edición facsímil) y del extenso bagaje literario del que el autor hace gala, demostrado por la referencialidad literaria de algunos pasajes por los que desfilan Pardo Bazán, Rosalía, Cunqueiro, Tolstoi...

Decía Neruda en una de sus odas que “el tiempo se divide en dos ríos: uno corre hacia atrás, devora lo que vives, el otro va contigo adelante descubriendo tu vida”. Algo así ocurre en este libro, aunque las orillas de Xosé Manuel G. Trigo son “a beira da ría onde nacín e a beira do río onde vin morrer”. Las páginas son un retazo de tiempo, anterior y actual (“hai na memoria algúns días de sincronía paradisíaca”), con todos sus gozos (la genial historia de Pastorita) y sus sombras (la desgarradora exclusión del flujo de la vida de sus padres). El viaje al recuerdo transcurre, así pues, con ritmos inspirados por el latir del mar del Morrazo, pero también por las orillas del Sar “por onde Rosalía, se cadra, deu seus primeiros pasos”.

La minuciosidad textual a las que nos tiene acostumbrados el autor, el eco inaudito de los sonidos de sus sílabas, se concentra en esta ocasión en entradas diarias de breve continente y opulento contenido; la belleza de las palabras utilizadas se superponen en ocasiones a la trama literaria en forma de juegos fónicos (“farta de fazulas, fartureira de formas, fina de finuras”), y el “aroma impreciso da melancolía dos recordos” a veces es tapado por un humor grouchomarxiano (el tratamiento del autor a la muerte de su perro Tirone no puede ser más hilarante: “El ía tratar coas divindades; eu cos curas do colexio”).

2 comentarios:

  1. oye, tiene buena pinta este libro
    por los extractos que citas. Muy buena la colación de Neruda, no conocía ese verso. No recuerdo haber leído esta reseña. Qué envidia me das. No dejes de hablar de mí en los periódicos que quiero trabajo jajajajjaja. Nos vemos.

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  2. Esta reseña fue la primera que me encargaron, hace ya la friolera (4º a estas horas de la madrugada) de cuatro meses atrás. La cita de Neruda sale de sus Odas Elementales y, en efecto, el libro es muy bueno más allá de las citas que recogí o de lo poco que buenamente pude decir sobre él :)
    Hablaré de ti en los periódicos, querido anónimo... cuando des la cara!! jejeje (el acento del Bierzo te delata...)

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